ApoliLA TRISTE HISTORIA DE CÉSAR APOLINARIO... FUE POR UNA SIMPLE ARTROSCOPIA DE RODILLA Y PERDIÓ SUS CUATRO EXTREMIDADES...
Por Administrador
Publicado en 03/07/2025 11:21
NOVEDADES

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Un trámite médico de rutina se convirtió en la peor pesadilla de César Apolinario, un ex trabajador de una empresa avícola que ingresó en 2022 a la clínica Montefiori de La Molina para una simple artroscopia de rodilla. El vive en la Urbanización Ramos Larrea en el distrito de Imperial.

Dos años después, tras una cadena de errores y complicaciones, César Apolinario perdió sus cuatro extremidades y hoy acusa al centro de salud de negligencia y mala praxis.

Según el propio paciente, la intervención había sido presentada como una cirugía de dos horas, tras la cual recibiría el alta al día siguiente.

“Me dijeron que era una operación de dos horas, que al día siguiente ya estaría de alta”, declaró César en un medio televisivo local. Pero apenas concluyó la artroscopia, el joven sintió -y así lo relató- un dolor agudo al administrársele la anestesia epidural.

Diagnóstico de paraplejia y caída en el abismo legal:

Al despertar, César Apolinario descubrió que había perdido la sensibilidad en las piernas y no podía orinar.

La Junta Médica interna, integrada por siete especialistas, determinó que había sufrido paraplejia en el postoperatorio. Un informe forense de la PNP, a cargo del médico Rafael Ruvera, atribuyó la parálisis a un daño en las meninges y la médula espinal provocado por una aplicación negligente de la anestesia por parte de la Dra. Gladys Kamisato.

“Me aplicaron la anestesia en la columna y sentí un dolor muy fuerte. La anestesióloga me dijo que ya iba a terminar, pero el dolor no cesaba”, recuerda César.

La infección que selló el destino de sus extremidades:

Semanas después, el paciente contrajo una infección urinaria por Klebsiella Blee, bacteria que, según registros médicos, ingresó durante su hospitalización en Montefiori.

A pesar de los tratamientos prolongados, la infección avanzó hasta producir necrosis en brazos y piernas.

En 2024, tras agotar su cobertura de riesgo laboral, fue trasladado al Hospital Edgardo Rebagliati, donde le informaron que la única opción para salvar su vida era la amputación de las cuatro extremidades.

“Si no decidía rápido, la necrosis seguiría avanzando y la amputación sería más extensa”, explica uno de los cirujanos que lo atendieron.

Demanda por mala praxis y respuesta de la Clínica:

A través de su abogado, César Apolinario presentó una demanda por mala praxis ante el Segundo Juzgado Civil de La Molina, señalando errores en la aplicación de la anestesia y falta de protocolos de asepsia que permitieron la infección.

En su defensa, la clínica Montefiori negó cualquier negligencia y atribuyó la complicación a una “reacción adversa inesperada” y al “uso prolongado de sonda urinaria”.

“La cirugía se realizó conforme a los protocolos. Lo ocurrido fue una reacción adversa inesperada a los medicamentos de anestesia”, alegó la institución en una carta oficial.

JUSTICIA

Indignación y exigencia de justicia, iniciamos campañas en redes sociales para visibilizar el caso y exigir sanciones a los responsables.

Entre hashtags como #JusticiaParaCésar y #NoMásNegligencias, claman por una pronta resolución judicial y una regulación más rigurosa de los procedimientos anestésicos en el país.

La historia de mi hermano... un joven imperialino... César Apolinario no solo desnuda las fallas de un sistema de salud privado, sino que por medio de su tragedia demanda una reflexión urgente sobre la seguridad del paciente y el compromiso ético de las clínicas al asumir riesgos que, en teoría, deberían ser mínimos.

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